Se sienta en círculo la mitad de la clase y la otra se queda de pie,
se pone una música sin melodía ni voz, cuantas menos referencias posibles mejor
y los que están sentados cierran los ojos e intentan relajarse y confiar en lo
que a continuación ocurre. Los que se quedan de pie van dando vueltas
ordenadamente y despacio, alrededor de los que están sentados. Uno de los que
está de pie es el que lleva el mando y los demás le siguen.
El que lleva el mando decide cuándo parar y tocar al compañero que
está sentado, puede hacerle una caricia en los hombros, un masaje en la cabeza,
quitar la energía negativa desde los hombros hasta los brazos, es algo que
relaja mucho. Posteriormente, se cambian los papeles y los que hacían el masaje
son los que lo reciben.
Esta actividad también la podríamos hacer tumbados en el suelo y con
una pelota de tenis, recorrer el cuerpo del compañero dejándose llevar por la
música.
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